miércoles, 2 de octubre de 2024

En 711 las tropas musulmanas tomaron la península Ibérica ayudadas por los acontecimientos naturales

La caída de los visigodos fue algo excepcionalmente rápido, probablemente costó mucho en levantar ese reino en la Península Ibérica, ya que, la conquista musulmana se hizo con la práctica totalidad en un periodo muy corto. En algo más de una década, el Califato Omeya no solo conquistó el sudoeste europeo sino que sentó las bases de una presencia que se prolongaría por casi ocho siglos, sí, más de 700 años. Pero cómo fue posibel esto, según reseña un nuevo estudio, a parte de los conflictos internos que ya venía sufriendo los reinos visigodos y complejísimas crisis de diverso tipo, hay una que pasa desapercibida: la ayuda de un cambio de clima peninsular; esto por un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores en el que han trabajado tanto expertos, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, por mencionar unos. Concretamente, habría sido un proceso de aridificación el que condenó finalmente a la cultura visigoda de aquella época. Según informaron estso investigadores, entre mediados del siglo V y mediados del X, una serie de sequías afectaron gravemente la agricultura de la península y con ello contribuyeron a la inestabilidad política en la región, primero a la cultura visigótica, precipitando en últimas instancias su precipitada caída. Y mucho más tarde a Al Ándalus, tanto al Califato Omeya como a su sucesor, el Emirato de Córdoba.
Batalla de Guadalete. En el que el lienzo representa la batalla, que se libró en el año 711 y supuso un desastre para el reino visigodo de Toledo, ya que el rey Don Rodrigo murió en ella. De acuerdo a lo informado por los autores, basaron su análisis en un estudio paleoclimático de la península. Estudiaron para ello el polen fosilizado en un centenar de puntos de la península Ibérica y Baleares, y otros siete en Marruecos. Concretamente, recurrieron a plantas del género Artemisia, al que pertenece la artemisa o Artemisia vulgaris. Estas tipos de plantas, son las que mejor se adaptan a los climas secos, lo que hace que los periodos de aridez se caractericen por dejar tras de si mayor concentración de este tipo de polen en el registro fósil. Dicho trabajo del equipo responsable fue publicado en un artículo en la revista Nature Communications. Combinando, los resultados de este análisis del polen con otros registros arqueológicos, paleohidrológicos e historiográficos, consiguieron proponer una reconstrucción de los eventos climáticos y sus ramificaciones en los hechos políticos y sociales de la época.
A través de este análisis descubrieron cuatro periodos áridos que afectaron a la península en un periodo de 500 años. Estos periodos de aridez comprendieron los años 545 - 570, 695 - 725, 755 - 770, y 900 – 935. Como curiosidad, uno de estos periodos coincidió con un periodo de inestabilidad y guerras civiles entre los mismos visigodos. Este intervalo de tiempo coincide parcialmente con la llamada pequeña edad de hielo de la antigüedad tardía, un periodo frío cuyo origen parece estar en erupciones volcánicas sucedidas en la primera mitad del siglo incluyendo, con la supererupción del volcán de Ilopango. Se tiene también constancia historiográfica de varias epidemias como la plaga de Justiniano, que habrían podido afectar a la región ibérica.
El segundo de estos periodos, pudo significar el desencadenante de los eventos que llevarían a la conquista musulmana. Según el registro dejado por el polen, la aridez de este periodo habría alcanzado un máximo no solo en el periodo de referencia sino en los últimos 5,000 años. En este periodo también se tiene constancia como una era fría en la baja edad media, previo al periodo cálido medieval, así como acompañada de hambrunas y plagas. Los investigadores señalan que lo visigodos trataron de adaptarse a la nueva situación y ponen como ejemplo la construcción de un primer sistema de acuíferos de Europa, levantado en Sierra Nevada. Estas condiciones habrían sepultado la caída de la cultura visigoda y habrían facilitado con mucho la llegada de la árabe, dotada de herramientas con las que adaptarse a estas nuevas condiciones de aridez. Sin embargo, ni sequías ni inestabilidad acabaron ahí. La rápida conquista no permitió la consolidación del califato en la península. El segundo periodo árido se prolongó hasta el año 725, pero un tercer periodo dio comienzo en el 755. De esta forma inlcuso los árabes musulmanes, o musulmanes en general, padecieron los efectos de estos bruscos cambios de clima, donde, esta sucesión de periodos áridos pudo haber estado en el origen de una nueva serie de enfrentamientos que aceleraron la caída de los Omeyas en el poder y su sustitución por el Califato Abasí. Así como el surgimiento más tarde de un nuevo poder en Al Ándalus, el Emirato de Córdoba. Esta relación entre aridez e inestabilidad se habría también propagado al cuarto periodo, este ya acontecido en el siglo X. Situación que recordemos, puede arrastrar grandes crisis como por ejemplo en la actualidad, cuando existe escases de alimentos bien mala cosecha como por factores externos como el determinante clima. Según recuerdan los autores, este es el primer estudio paleoclimático realizado a escala local en la península española. Estudios como este podrían ayudarnos a entender si el clima ha podido contribuir a otros eventos semejantes. Aunque evidentemente, pocos serán tan abruptos como la caída de los visigodos y la llegada de los musulmanes en la península en 711.

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