jueves, 22 de agosto de 2024

Las enigmáticas momias de la Cuenca del Tarim en China

Las momias de la Cuenca del Tarim, ubicadas en la remota región occidental de China, han desconcertado a científicos y arqueólogos desde el día de su descubrimiento. ¿Pero, por qué?, la respuesta no es sencilla, la razón es que estas momias aparte de estar asombrosamente preservadas por miles de años en una zona arida también debido a su no comprendida del todo origen, así como de posibles implicaciones políticas que puedan tener. A principios del siglo XX, exploradoes europeos fueron de los primeros conocidos en desenterrar los cuerpos modificados en la Cuenca del Tarim, vasta área arida que hoy forma parte de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, perteneciente a China. Pasado el tiempo se han ido encontrando cientos de momias, que se remontan hasta el 2,100 a.C. Pero lo más impresionante como intrigante es que estos poseen sus rasgos fisicos sino también sus peinados, vestimenta y objetos personales.
La Cuenca del Tarim vista desde el aire. Si bien en un principio los investigadores pensaron que las momias se trataban de personas de origen indoeuropeo, por sus cabellos rubios, castaños y pelirrojos, narices prominentes y vestimenta elaborada, procedentes posiblemente de pastores de la Edad de Bronce de Siberia o agricultores de lo que hoy es Irán. Una momia en específico hizo acrecentar esta idea entre los científicos ya que medía dos metros de altura, parecendo incluso vestir faldas de tartán similares a las de los celtas. No obstante, un estudio más reciente realizado en 2021 sobre el ADN antiguo de 13 de estas momias arrojó una nueva luz sobre su origen. Estos resultados revelaron que estas personas no eran migrantes de Europa, sino que pertenecían a un grupo indigena propios de las cuencas, geneticamente distintos de etnias cercanas. Los responsables del estudio afirmaron eran descendientes de los Antiguos Eurasiáticos del Norte, un grupo de cazadores-recolectores que migró a Asia Central desde el oeste de Asia y que tiene vínculos genéticos con los europeos modernos y los nativos americanos.
Fresco de un santuario estupa, en Miran China, cercano a la Cuenca del Tarim. La momificación de las personas que perecieron aquí no fue algo intencional o con alguna razón como tener vida en el más allá como es el caso de las momias de Egipto, sino que se trataría más bien producto del clima en el Tarim. El ambiente seco y salino que incluye el desierto de Taklamakan, permitió que los cuerpos se descompusieran lentamente, preservando sus tejidos en un estado casi intacto. También, se cree que el frío extremo del invierno en la región también contribuyó en la conservación. Muchos cuerpos fueron enterrados en ataúdes de madera con forma de bote, cubiertos con pieles de ganado y marcados con postes de madera o remos. La presencia de hierbas en los atades sugiere que tenían un significado medicinal o religioso, aunque la naturaleza exacta de sus creencias sigue siendo inexacta. Los objetos encontrados en las tumbas, como máscaras, huesos de animales, ofrecen pistas sobre la vida diaria y las prácticas rituales de esta antigua civilización. También se cree que eran agricultores y criadores rumiantes. Los investigadores además creen que esta región, que ahora es un desierto desolado, fue en su momento mucho más verde y rica en agua dulce, lo que facilitó la vida agrícola y el comercio con otras civilizaciones. La región de Xinjiang es hogar de la minoría uigur, y algunos nacionalistas uigures afirman que las momias son sus antepasados, una idea que el gobierno chino refuta.

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