"Tenemos que aprender mucho del impacto que tuvieron las mangostas en el ecosistema nativo, y los esfuerzos y costos que su erradicación representó", concluyóEste daño inestimable, nos enseña una vez más el perjuicio que puede tener la introduccción de especies no nativas de los lugares, zonas o países, el cual causó una senda destrucción a las poblaciones nativas que nada podían hacer contra especimenes más voraces en entornos distintos, y que claramente dejó una destrucción y esfuerzo entre autoridades y población para lograr con un arduo trabajo la erradicación de la pésima idea de introducción de animales foráneos en habitat autóctonos. Japón, ahora ha enviado un mensaje al mundo en el que sí se puede acabar con especies no autóctonas pero eso sí con un alto costo con unas estrategias, tácticas, técnicas bien definidas. Pero claro siempre será más inteligente evitar de raíz dicho problema y no batallar contra algo derrotable, pero adverso.
jueves, 5 de septiembre de 2024
Japón extermina mangostas que tenían una única responsabilidad
Trajeron los mamíferos a una isla para combatir a las serpientes venenosas, pero se arrepintieron más tarde. Para disminuir la población de víboras venenosas en una pequeña isla de Japón se trajeron mangostas no autóctonas del habitat. Fue todo menos una buena idea, pues inmediatamente de su traída comiero a sus conejos en riesgo de extinción. Las mangostas por otro lado son mamiferos muy bien adaptados a climas distintos y casi extremos además son muy fieros pero por si fuera poco cuentan con una resistencia al veneno de las serpienges, incluyendo las víboras. Amami Oshima, donde habitan especies tan únicas como la codorniz de Okinawa, el leopardo Iriomote y el conejo endémico Amami, este último se ha visto especialmente afectado. El conejo Amami se le considera un "fósil viviente" porque tendría similitudes con los antiguos conejos asiáticos. Fue este quien entonces en 1979 se encontró con las pequeñas mangostas de la India (Urva auropunctata).
El objetivo. Reducir la cantidad de serpientes habú de la isla. Los planes tuvieron problemas, ya que, las mangostas son diurnas y las habú tienen hábitos nocturnos, por lo que rara vez se encontraban. Las mangostas se decidieron en cambio por los conejos Amami, reduciendo drásticamente la población de la especie que ya está en riesgo. Inclusive, según un comunicado del mismo Ministerio de Medio Ambiente de Japón, las mangostas tuvieron un efecto significativo en las poblaciones de ratas Ryukyu. Este impacto se hizo evidente en 1993 cuando el ministerio desarrolló un proyecto módelo para evaluar la extensión del perjuicio a otros animales que causaban las pequeñas mangostas de la India. Se estima que para el año 2000 la población de mangostas llegaba a un total de 10.000, según informó la AFP, y se habían convertido en un grave problema. Había que reducir la cantidad de mangostas, y para 2007 solo quedaban unas 1.000. Recientemente el gobierno declaró que Amami Oshima oficialmente ha acabado con las mangostas, lo que cierra el círculo de un plan que claramente fracasó. Porque han tardado casi 25 años para librar a la isla de las mangostas, y casi medio siglo si se toma en cuenta el inicio del problema.
"Son buenas noticias para nuestra prefectura y la conservación del precioso ecosistema de Amami", dijo Koichi Shiota, gobernador local.
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