sábado, 7 de septiembre de 2024

El Mazo de Guerra: ¿El arma medieval definitiva?

El mazo de guerra fue un arma popular durante la Edad Media, ¿pero era tan buena como popular en aquellos tiempos? Primero hay que saber que era un mazo, el mazo medieval consistía en una cabeza pesada; el mazo es una herramienta de mano que sirve para golpear o percutir; tiene la forma de un martillo, pero es de mayor tamaño y peso. Mientras que el martillo cumple su principal papel dentro de la carpintería, el mazo puede ser empleado en peleas, siendo empleado para este fin en peleas medievales. La cabeza pesada del mismo, originalmente estaban hechas de hierro o acero montadas, generalmente, sobre un mango de madera o metal. Los mazos de infanteria durante el medievo podían pesar entre 1 y 2KG, mientras que los usados entre 2 y 3 KG (Kilogramos). Siendo por tanto los utilizados por la caballeria generalmente más amplío. Breve historia. El uso de la maza como arma de guerra se remonta a la época prehistórica. Habría sido utilizada por las civilizaciones antiguas desde la prehistoria hasta bien entrada la Edad del Bronce, aunque cayó en desuso por la evolución de las armas defensivas. Al ser un arma muy simple, solo las "cabezas" de piedra de estas épocas, que estaban muy bien pulidas, han perdurado, pues dada la proximidad entre las hachas paleolíticas y el concepto de maza, ambas utilizaban piedras afiladas o talladas, eran muy parejos, la mayoría de los restos caen en la categoría de hachas. Dentro de esta época se puede destacar el gran trabajo de pulido del Antiguo Egipto de rocas muy duras con forma "esférica" o "pera". En el Nuevo Mundo (América), los guerreros mochicas usaban porras de punta cónica y mango largo. Estas eran hechas de madera y forradas con cobre. En el caso de los altos jerarcas moches, eran forradas con tumbaga. Durante el Imperio incaico, se estandarizó el uso de mazas cuyas cabezas pesaban un aproximado de 1 kilogramo. Así, se reducía intencionalmente la letalidad de las mismas para maximizar la proporción de heridos cuyas gráficas lesiones constituían un vivo testimonio de las represalias incaicas. Con todo se pretendía infundir un efecto psicológico para disuadir cualquier posible desafío al Incanato. En las culturas "clásicas" es decir, Grecia y Roma, el uso de mazas parece estar en un segundo plano. Esto porque las técnicas de guerra de las infanterías de ambas culturas se acercaban más al de las falanges griegas, las armas enastadas (que tiene astas o cuernos) fueron las primarias. Solo a partir de la disgregación del Imperio romano, se tiene constancia de que su uso vuelve en forma de mazas de caballería, al menos en Bizancio. El resto de los pueblos denominados "bárbaros" siguieron empleando mazas, aunque algunas ya pasaron a ser largas e incluso de dos manos. El resurgir de esta arma llegó en la Edad Media, a juzgar por algunos monumentos figurativos donde se representan jinetes empuñando dicha arma como en el Tapiz de Bayeux (siglo XI), donde se puede apreciar que las mazas comienzan a tener formas muy especializadas y pasan a ser completamente metálicas. Además, desde el siglo XII, se transformó en una insignia de ceremonia y símbolo de poder llegándose a transformar en armas de "parada". Tanto los reyes, emperadores, como la alta jerarquía eclesiástica usaban mazas como objeto de representación del poder. Por ello incluso las Órdenes Militares de la Iglesia usaban mazas en ciertas épocas en lugar de armas de tajo y punza por evitar sangrar a sus enemigos, lo que tenían supuestamente prohibido al ser frailes.
Uso. Su uso con total seguridad se puede afirmar que era fácil de usar, y no requería de gran entrenamiento para que fuese muy efectiva, la principal ventaja radicaba en una capacidad de daño contundente, donde, era especialmente efectivo contra caballeros de armadura de placas, capas de abollarlas, y golpear en la cabeza generalmente aturdía al oponente. Incluso matándolo eventualmente. Alguien con un yelmo podría ser dejado confulgido pero alguien sin uno, podría ser destrozado u aplastado facilmente. Tipos. Clava: garrote o maza poco labrado, algunas veces ferrado, y en su nudo, o cabeza, pinchos y púas. Goedendag: maza a dos manos de Flandes que logró gran reputación en el siglo XIV. Kanabō: un báculo grueso de hierro o acero que se utilizaba como arma durante el Japón feudal. Lucero del alba: un subtipo de Maza de armas cuya cabeza armada tenía en su extremo una bola llena de púas en lugar del tradicional badajo con cuchillas. Maza de armas: versión totalmente metálica y elaborada como arma militar especializada para enfrentarse a armaduras metálicas. Algunas se caraterizaban por su capacidad de perforación gracias a sus aletas o cuchillas que salían de la cabeza de armas. Macana: nombre aplicado a todas las mazas y porras de los nativo americanos. Mangual: es un subtipo de maza que podría tener categoría propia (Presuntamente, Mazas de cadena). Se compone de un vástago (vara) de madera a la que se le unen de 1 a 3 bolas metálicas con púas afiladas, como un erizo, unidas a la madera por cadenillas que nunca excedían del tercio de la longitud de la vara para no dañar al que la portaba. Mayal de armas: subtipo de maza a dos manos que podría tener categoría propia (Mazas de cadena). Arma derivada de la herramienta campesina que servía para desgranar. Se compone de dos maderos, uno más largo que el otro, unidos por una pequeña cadena. En pocos de los ejemplares estudiados están ferrados. Macuahuitl: Utilizada en la América precolombina, consistente en una maza a una o dos manos, con navajas de obsidiana o pedernal afiladas, incrustados a cada uno de sus lados.
Para los dos últimos siglos de la Edad Media, a medida que aumentaban las armaduras, se extendió tanto el uso del mazo tanto así que su mayor defecto era su bajo nivel defensivo, por ejemplo su poca protección en las manos del usuario, como el poco alcance de ataque con el que podía contar dicha arma.

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